Para comenzar, vamos a realizar una Historia Clínica que incluirá la valoración dermatológica y/o dermatoscópica, diagnóstico, y recomendaciones de los profesionales sobre el tratamiento adecuado a seguir.

Luego también procederemos a hacer un análisis dermatológico de rostro y de cuerpo para examinar los siguientes factores:

• Estado y textura de la piel.
• Detección de manchas en la piel.
• Análisis de lunares, pecas y/o verrugas.
• Chequeo de erupciones, tales como acné, alergias, etc.
• Revisión de trastornos cutáneos.
• Análisis del estado de los poros en la piel.
• Medición de las arrugas en el rostro.
• Detección de las alteraciones del pigmento en la piel.
• Análisis de los daños producidos por el sol.
• Exploración de la piel cabelluda.
• Detección de enfermedades en las uñas.

Con este tratamiento podemos ayudarte a rejuvenecer la piel, mediante una renovación celular que realizamos para eliminar las células muertas de la epidermis y la dermis.
Lo bueno es que también se trata de un procedimiento que no es agresivo ni invasivo. Y aunque no es mágico, sí aporta con resultados beneficiosos para la piel, como es el caso de eliminar pequeñas arrugas, puntos negros y blancos, marcas de acné, hiperpigmentación, poros abiertos, manchas de sol y de edad, estrías, fotoenvejecimiento, cicatrices leves, etc.
Sin duda, con la Microdermoabrasión lograremos que tengas una piel firme y suave, sin efectos secundarios y sin afectar tus actividades diarias.

Esta es la opción recomendada para hidratar y rejuvenecer la piel de tu rostro. Porque la propia grasa que genera el cuerpo, los agentes externos y las impurezas, le restan lozanía y vitalidad a la piel.
Por eso, con este procedimiento de Hydrafacial (que no es invasivo) vamos a combinar la extracción de impurezas que nos aporta un Peeling, con la infiltración de sueros. Y de esta manera, te dejaremos una piel fresca, brillante y saludable.
También eliminaremos las líneas de expresión y controlaremos la grasa. Además, desde la primera sesión verás cómo mejoran tus problemas de acné, manchas solares, puntos negros, resequedad, etc.

La limpieza facial es el tratamiento indicado para regular la producción de sebo, y para combatir los puntos negros de las pieles más jóvenes.
Porque además de eliminar dichos puntos negros y las espinillas, también desaparecerán las impurezas y las células muertas. De esta manera, ayudamos a la renovación de la piel, retrasando el envejecimiento y la aparición de arrugas.
Así mismo la piel recuperará su aspecto liso, suave y luminoso, quedándose más hidratada y oxigenada en profundidad.
Y en el caso de la presencia de acné, con la limpieza facial se reducirá el número de poros obstruidos, y la piel quedará más relajada, suave y elástica.

En el peeling facial encontramos una forma de acelerar el proceso de la caída de las células muertas y también la regeneración celular. Porque con el paso del tiempo, el estrés, la mala alimentación y la falta de agua, se promueve el aparecimiento de pieles ásperas, secas y con aspecto envejecido.
Existen algunos tipos de peelings, pero el recomendado para las pieles jóvenes es el peeling químico, considerado como un tratamiento de belleza que no necesita quirófano y ayuda a renovar la piel, eliminando imperfecciones como manchas o secuelas de acné, sin necesidad de recurrir al bisturí.
Dependiendo de los resultados que se busquen, se pueden usar distintos ácidos como el glicólico, salicílico, fenol, etc. Pero se lo puede realizar en cualquier época del año, y la piel queda bien hidratada y muy luminosa.

Este procedimiento es el indicado para las pacientes que busquen mejorar la apariencia de la piel de su rostro, escote o dorso de las manos.
Se trata de aplicar un haz de luz similar al láser, pero la de este tratamiento es más versátil y deja resultados más visibles.
En el caso de que haya manchas muy pronunciadas, se pueden disminuir de manera considerable. Y si hay rojeces o marcas poco pronunciadas, pueden llegar a desaparecer incluso.
Para la aplicación de la luz pulsada intensa, es necesario que la piel no esté bronceada. Así que, será necesario que no te expongas al sol con mínimo un mes de anticipación.
El resultado que lograremos será una piel tersa y lozana. Aunque durante el primer mes, deberá usarse protección solar y evitar exponerse directamente al sol, porque las manchas podrían volver a aparecer.